Uno de los valores agregados de los servidores dedicados es que todo el desempeño, la flexibilidad, el control y la seguridad son exclusivos para tu plataforma de servicio.
Los servicios de transporte compartido son una idea genial: abre la aplicación, elige el origen y el destino, selecciona tu lugar y, por un precio menor, un vehículo te llevará con una ligera restricción: no viajas solo, ni está garantizado que seas el primer pasajero en bajar del automóvil. Si no tienes prisa ni problemas con compartir, es una solución fabulosa. Pero a veces lo que importa es llegar más rápido y tener más espacio. Eso mismo sucede con las opciones de hosting.
Es común que muchas empresas recurran a la renta de espacio de hospedaje en un servidor compartido para almacenar información, aplicaciones y demás elementos de la infraestructura digital. La idea podría sonar atractiva, incluso, en un inicio es la de menor precio, pero hay que tener en consideración que compartir espacio por lo general significa repartir recursos. Para ejemplificarlo, regresemos a la analogía del transporte compartido.
Imaginemos que nos toca subir al vehículo junto con un basquetbolista que mide más de dos metros de altura y un jugador de la NFL que pesa cerca de 110 kilos; un mismo espacio dentro del auto se divide entre los tres pasajeros, así que, mientras más grandes sean ellos, menos espacio hay para nosotros. Si nuestras exigencias de tamaño no son demasiado restrictivas, bien podría ser un problema menor. Pero ¿qué sucede cuando esos dos gigantes tienen que compartir el espacio con otro basquetbolista de dos metros? Sin duda, los tres pasajeros tendrán un recorrido incómodo, por decir poco.
Eso mismo sucede en los servidores compartidos: solo que no se trata únicamente de compartir el espacio en disco, sino también poder de procesamiento, memoria y recursos de red. Si un usuario del mismo servidor compartido tiene un pico de visitas en su sitio, probablemente tú también tendrás problemas sin importar el número de visitas que tengas en ese momento.
Todo el espacio y la seguridad necesaria para tu sitio
Por otra parte, existe la opción de utilizar servidores dedicados, donde todo el espacio y todos los recursos son para tu sitio. ¿La seguridad? Tú tienes el control. No tienes que preocuparte de los requerimientos de los vecinos o por el espacio en disco duro; todo está disponible en cualquier momento. Claro, existen otras consideraciones como la necesidad de tener un equipo interno que se encargue de administrar los servidores junto con la obligación de invertir constantemente en hardware para estar actualizado y tener refuerzos para mantener la seguridad digital… O puedes considerar saltar a la nube.
Uno de los valores agregados de los servidores dedicados es que todo el desempeño, la flexibilidad, el control y la seguridad son exclusivos para tu plataforma de servicio.
Una solución de hospedaje exitosa - como la que Rackspace ofrece- debe contar con el hardware más avanzado de la mano de un equipo de expertos 100% disponibles para cualquier eventualidad y que esté completamente enfocado en hacer crecer el negocio.
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