Addictware | Noticias de Tecnología - Adaptabilidad: adoptar el nuevo superpoder

Las empresas están avanzando con una nueva base tecnológica. Sin embargo, necesitarán tener algo más que eso: una nueva apreciación de la adaptabilidad.

 

Logo LumenGran parte de la actividad en los últimos dos años se ha centrado en “sobrevivir” en un período de gran incertidumbre. Sin embargo, todos parecemos listos para seguir adelante. Escucho confianza, incluso esperanza, volviendo a las conversaciones que tengo con los clientes. Navegaron a través del caos, la incertidumbre, las videollamadas y, para algunos, hasta para comprender la tarea de matemáticas de sus hijos. Habiendo llegado tan lejos, las personas parecen estar listas para seguir adelante y creen que han desarrollado algunas habilidades para hacerlo sin importar lo que les depare el futuro.

 

La pregunta que se plantean tanto las personas como las empresas es cómo transformarán el "sobrevivir" en "progresar" en 2022 y más allá. Y creo que la respuesta para todos se reduce a la "adaptabilidad".

 

De sobrevivir a abrazar la adaptabilidad

 

Piense en la adaptabilidad como un nuevo superpoder que todos debemos desarrollar. Es una nueva forma de vivir en un mundo de situaciones y condiciones fluidas. La adaptabilidad es tanto proactiva como reactiva. Puede impulsar los cambios y adaptarse a ellos.

 

Las empresas adoptaron nuevas tecnologías desde el comienzo de la pandemia en 2020. Pero la adopción por sí sola no es adaptación. Una empresa que compró ancho de banda adicional porque los colaboradores trabajaban desde casa adoptó la tecnología. Una empresa que replanteó la forma en que gestiona a las personas, mide la productividad y apoya a los trabajadores en tiempos difíciles adaptó su entorno. Construir esa capacidad de adaptación en la cultura corporativa es clave para desarrollar este nuevo superpoder.

 

Del mismo modo, algunas empresas movieron las cosas en línea en modo de supervivencia. Algunas de esas empresas sobrevivieron y otras no. Algunos gerentes soltaron las riendas y confiaron en su gente para encontrar las mejores formas de apoyar a los clientes. Se formaron nuevos equipos y se formaron nuevas cadenas de creación de valor. Y habiendo hecho eso una vez, el conocimiento institucional adquirido ayudará a esas empresas a navegar las incertidumbres que se avecinan. Se volvieron más adaptables dentro de su ADN organizacional.

 

En el futuro, la tecnología ayudará a impulsar esta nueva adaptabilidad en las operaciones. Sin embargo, la tecnología será una segunda o tercera consideración en el proceso de impulsar el cambio. Los puntos de partida se construirán sobre al menos tres atributos y cada uno de ellos tiene varios aspectos a considerar:

 

  • Confianza: Con una fuerza de trabajo distribuida, los gerentes deben confiar en que los colaboradores harán su trabajo y se centrarán más en medir los resultados (es decir, si el resultado deseado se entregó a tiempo y cumplió con las expectativas establecidas), en lugar de rastrear las entradas (es decir, cuántas horas se trabajaron y cuándo). Los colaboradores deben confiar en que la empresa los respalda cuando asumen riesgos o cuando tienen que lidiar con el cuidado de sus niños, por ejemplo. Los clientes deben confiar en que los proveedores y socios pueden cambiar rápidamente cuando sus entornos cambian. Desde el punto de vista organizacional, las empresas deben poder confiar en las conexiones que tienen con los colaboradores, los clientes y sus socios. En ese contexto, la seguridad de TI no es solo un mecanismo defensivo; se convierte en un medio para establecer la confianza.
  • Capacidad de aprendizaje: en un mundo que cambia rápidamente, el conocimiento es una ventaja competitiva, impulsa la acción. Afortunadamente, los datos están en todas partes. Para ser una organización en constante aprendizaje, las empresas deberán adquirir, analizar y actuar utilizando datos todo el tiempo. A veces, los datos no serán perfectos e incluso podrían contradecir la sabiduría convencional, como cuando la pandemia NO provocó una recesión masiva. Se deberá desarrollar la capacidad de leer señales del entorno y combinarlas rápidamente con lo que ya se conoce, o realizar pequeños cambios (como pruebas AB) para desarrollar más datos. Los datos se convierten en un componente básico en las iniciativas de crecimiento a medida que la organización aprende qué funciona.
  • Colaboración e innovación: Las reglas y los procesos siempre tendrán su lugar en los negocios; sin embargo, la rigidez es exactamente lo contrario a la adaptabilidad. La alta gerencia siempre debe hacer responsables a las personas de sus labores; sin embargo, la toma de decisiones de arriba hacia abajo y la microgestión también se oponen a la adaptabilidad. La colaboración entre funciones, las estructuras organizativas fluidas y un poder distribuido para actuar impulsarán la ventaja competitiva, el compromiso de los colaboradores y la satisfacción del cliente. Una vez más, la confianza y los datos son facilitadores clave de este tipo de colaboración e innovación. Si algo se puede reducir a una regla, automatízalo. La inteligencia artificial (IA) puede generar conocimientos para la experimentación y la toma de decisiones acelerada.

Adaptarse y prosperar en tiempos de rápido cambio

 

Todos hemos estado hablando sobre el ritmo acelerado del cambio durante mucho tiempo. Eso no necesariamente nos preparó para una pandemia.

 

Colectivamente, hemos aprendido mucho en los últimos dos años sobre qué tan rápidamente podemos cambiar y hacer que funcione para los clientes, colaboradores y partes interesadas. En Lumen, nuestros clientes no nos preguntaban sobre tecnologías o infraestructuras específicas. Necesitaban aprender a hacer cosas nuevas, resolver problemas y crear nuevas oportunidades en un entorno impredecible. Y tenían que hacerlo rápido porque todo estaba en juego. Como dije al principio, la tecnología en sí fue un segundo o tercer tema en la discusión.

 

Las empresas están avanzando con una nueva base tecnológica. Sin embargo, necesitarán tener algo más que eso: una nueva apreciación de la adaptabilidad.